No sólo es cuestión de espacio para la mirada o el solaz, la naturaleza llama a la naturaleza, el ambiente se sanea, y actualmente hay solucione viables, sencillas de llevar a cabo, y con suficiente experiencia en techos verdes como para no caer en problemas que tuvieron que enfrentar los pioneros en el los llamados techos verdes, aprovechando azoteas, y crear ambientes apropiados para acercar la naturaleza a la ciudad.
Los aspectos ideales, se crean, teniendo en cuenta factores de geografía, clima, superficie y entorno, en otras palabras, hacerle la vida fácil al tipo de elemento que decidamos incluir en el techo, con planes y un mínimo de ayuda, la naturaleza hará lo suyo.
Principalmente, hay que tener en cuenta el peso que se agregará, no sólo en champas de tierra y plantas o flores, sino en humedad, el techo tiene que investigarse para soportar un tratamiento para el que seguramente no fue hecho, por lo que antes, hay que estimar estos factores.
La relación estructural del techo y el contenido que tendrá, no se puede improvisar, pues una bella solución como son los techos verdes, puede provocar problemas estructurales complicados de solucionar, y la idea es embellecernos la vida, aportar al saneamiento del entorno, no meternos en un problema que empeoraría nuestra calidad de vida.
Para edificios, es conveniente saber que no se puede cambiar estructuras sin someterlo a votación de los consorcios, hay convenios que firmar, las aceptaciones al aire, provocan problemas, ya que suele considerarse que la opinión de unos cuantos se consideran aprobación, pero como son cambios estructurales, lo mejor es que todos conozcan los riesgos y los beneficios, por lo que antes hay que consultar con el constructor, arquitecto e ingeniero del edificio. Parece desalentador, pero no es más que un aseguramiento de que se puede realizar sin problemas y con el consentimiento de los vecinos.
Seguramente el proyecto de techo verde, será contagioso, como ha sucedido en las experiencias del mundo, basta que un edificio lo emprenda, para que toda al área se beneficie y estimule a los vecinos a poner un poco de energía e intención en mejorar la calidad de vida del vecindario.
Los proyectos de techos verdes, deben tener en cuenta adaptabilidad de la región, al clima y al tipo de sembradío que ayudará en el proceso, además de un mantenimiento mínimo.
Hay sistemas de irrigación que aprovechan el rocío natural para generar un circuito de humidificación que ahorre cuidados complicados.
Los materiales suelen incluir, procesos de recubrimiento, impermeables, para el techo y protección para que las raíces, no prefieran penetrarlo antes que quedarse adheridas al pasto o tierra planeados.
También hay que tener en cuenta el drenaje de los excesos, el cambio climático, hace difícil no esperar que estos espacios se ahoguen por más que estando arriba parezca que el agua se filtraría y caería por algún lugar, tal cosa es de esperar, pero controladamente, hay que evitar el anegamiento, que suma peso a la estructura, y puede colapsar por el lugar más débil que no se percibe a simple vista, por lo que debe formar parte del proyecto el desagite controlado e incluso estrategias para evitar la acumulación, así como en caso de darse, tratamiento de la estructura para prever el caso.
Ya se encuentran a disposición en las casa de venta de materiales, sistemas de terrarios para los techos verdes.
Los beneficios son muchos, los suficientes para paliar las molestias que puedan ocasionar, o los cuidados mínimos que requiere, los techos verdes sanean el entorno, tienden a purificar el aire alrededor, genera oxígeno limpio, absorbe sonidos molestos, funciona como un buen amortiguador de ruidos, mejoran las posibilidades de temperas extremas, cuando hace mucho calor, reaccionará produciendo frescor, cuando hace frio reserva el calor.
Entre otros beneficios, se crea un espacio de biodiversidad, en el que se puede incluir huerta de verduras o frutas.
Los techos verdes son una solución más que adecuada para combatir la polución y mejorar la calidad de vida en las ciudades.